Siempre imaginé que sería una experiencia inolvidable, pero por cualquier margen la superó; la organización de cooperand es muy buena y siempre estuvieron atentos a cada detalle, la recepción y atención de Yowinka es muy valorable, agradezco mucho sus atenciones.

Igualmente las hermanas en la casa me dieron un espacio que no fue solo dentro de casa, si no en sus vidas lo cual recordaré siempre, desearía volverlas a ver.

Las profesoras Martha y Raquel son unos ángeles, siempre estuvieron ahí para apoyarme y hacerme el tiempo del voluntariado muy ameno, son maravillosas y así como Don Edgar que siempre fue muy dado en prestar apoyo.

Pero de todas estas experiencias y personas que conocí, los niños serán por mucho la razón por la que recordaré esta experiencia y volvería, su amor fue incondicional; son hermosos.